DIOS HA ESTABLECIDO
LAS AUTORIDADES SUPERIORES Romanos
13:1 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad
sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido
por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos”. 1
Corintios 11:3 “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón,
y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. Introducción El objetivo principal de cada hombre, quien habla o escribe sobre
algo que pertenece a la Palabra de Dios, debe ser que todo lo que se diga
o escriba glorifique a Dios. De lo contrario, se exhibe
un carácter deshonesto y egoísta. Escribo ahora, entonces, con el deseo de ser usado por Dios y exaltar
a su Hijo Amado, el Señor Jesucristo. No es mi deseo
buscar seguidores, ni apartarme de otros; tampoco busco convertirme en instructor
de mis queridos hermanos de manera carnal. Confieso
que hay mucho sobre este tema que aún desconozco, pero que siempre anhelo
conocer. Que Dios quiera conceder gracia a mi persona mientras escribo estas
palabras; y también a ustedes que las van a leer, para que busquen darle
toda la gloria al Señor. Con esta oración y meta,
he preparado este tratado. El hombre es una criatura caída y pecadora, y así sus facultades,
incluyendo su voluntad y sus deseos, son puestas al servicio de sus intereses
personales. El hombre, por naturaleza, no busca la
gloria de Dios y por lo tanto, su conducta es un reflejo de su carácter depravado. Así que, siempre actúa de acuerdo con su propia voluntad,
al no ser guiado por el Espíritu Santo. El busca satisfacerse
y exaltarse a sí mismo, mientras pretende rebajar a Dios a su mismo nivel
caído. Esto se manifiesta en las sorprendentes y lacerantes
palabras de Romanos 1:21-23, “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como
a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos,
y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser
sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible
en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y reptiles”. El terrible estado en que el hombre se ha degenerado en estos últimos
días puede ser trazado indudablemente a través del registro de la historia.
Esto fue escrito en la Palabra de Dios, así
como en la historia secular que el hombre mismo ha contado. Sin duda, en la historia secular el hombre ha pretendido disfrazarse,
pero sus hechos lo descubren; pues, él quisiera presentar una imagen de sí
mismo enteramente diferente de lo que sus hechos revelan. El
intenta disimular sus innumerables fracasos y se jacta de sus propios triunfos,
mientras él continúa con la ilusión en su mente de esperar mayores y mejores
resultados “justo a la vuelta de la esquina”. El tema de este estudio es: “Dios Ha Establecido Las Autoridades
Superiores”. Algunos podrían estar en contra de esta
enseñanza y pensar en dejar de leer lo que estoy explicando, al no querer
reconocer que el orden divino de autoridad debe ser mostrado simbólicamente,
así como de hecho, en las iglesias del Señor. Pero, ¿por qué se oponen algunos a este principio bíblico? Habrá personas que no estarán de acuerdo con nosotros,
porque esta posición está directamente en conflicto con la enseñanza en la
que ellos han sido formados. El hombre siempre debe usar cabello corto y en la iglesia no debe
cubrirse la cabeza con sombrero, gorra, etc., para representar apropiadamente
su posición ante Dios, sumiso a la autoridad de Cristo y consciente de su
responsabilidad como cabeza de la mujer. Así mismo,
la mujer debe respetar y no despreciar los símbolos de su posición; pues,
ella debe dejarse crecer el cabello y cubrirse la cabeza en la iglesia con
una chalina, velo, etc. Antes de que usted ponga a un lado este libro, por favor ore al
Señor, léalo con mucha atención a través de todo su contenido y considere
las verdades expresadas. Después de un cuidadoso estudio,
si usted encuentra algo contrario a la enseñanza de la Palabra de Dios, entonces
atribuye lo defectuoso al escritor. Por otro lado,
si el libro concuerda con la Palabra de Dios, entonces déle toda la gloria
a Dios y no a mi persona. Hermano, todo lo que le pido es que le dé la misma atención al
tema que escribí, como si usted fuera el que escribiera, y yo fuera el que
leyera. Para aquella persona que tenga una opinión opuesta sobre este tema,
quiero pedirle que piense en la enseñanza que ya recibió, la cual le guió
a la posición que tiene ahora. Querido hermano, le
pido que mantenga su atención en el tema sólo por un corto tiempo más. No significa que una enseñanza sea correcta, sólo porque la hemos
aprendido a través de otros hombres. Más bien, si
retenemos una posición que la Biblia no enseña, significa que preferimos
la voluntad propia antes que la de Dios, lo que resulta en deshonra a nuestro
amado Señor y a sus preciosas iglesias; y será de estas iglesias que el Salvador
tomará Su esposa. ¿Realmente deseamos saber lo que la Palabra de Dios enseña sobre
“las autoridades superiores establecidas por Dios”? ¿Somos
capaces de dejar a un lado nuestros prejuicios, y contender ardientemente
por la fe, como fue dada una sola vez a los santos? Si
nosotros queremos conocer la verdad, y si somos capaces de abordar el problema
con una mente abierta y dispuesta, entonces debemos estar agradecidos; pues,
sólo por la gracia de Dios somos así. Espero que Dios
se complazca en otorgar tal gracia a cada uno de nosotros para aprovechar
bien de este estudio. Antes de iniciar un estudio de 1 Corintios
11, nuestro texto principal, examinaremos algunos otros ejemplos
mencionados en las Escrituras, que también muestran el orden de autoridad
establecido por Dios. Para comenzar, volvemos atrás
en el tiempo cuando Dios empezó a revelarle al hombre el principio de autoridad
delegada a él, para que seamos establecidos en la verdad. Dios no cambia, como se establece claramente por Su atributo
de inmutabilidad. Malaquías
3:6; Santiago 1:17 Dios no empezó a presentarse
de repente como un Ser inmutable cuando estas Escrituras fueron registradas.
Ellas simplemente declararon que Dios es inmutable
y siempre ha sido inmutable. Ellas no hacen que El
sea inmutable; sólo proclaman que su inmutabilidad es eterna. Así mismo, Dios inspiró las palabras en 1 Corintios 11 y allí El exige que las iglesias obedezcan
el orden de autoridad, siempre tomando en cuenta que tal orden divino no
se manifestó de repente, sino que este principio es eternamente vigente. Dios siempre lo tenía en mente como Su propósito para
la humanidad. Dios no cambia Sus leyes continuamente,
tampoco modifica Su criterio para estar al día con los tiempos. Al contrario, es el hombre que cambia las cosas, y con gran orgullo
se alaba por ser flexible o adaptable a las circunstancias. Puede ser útil políticamente estar de acuerdo con el público. Sin embargo, el acomodarse así en los asuntos que pertenecen
a Dios no es prudente. Tal clase de fracaso de parte
del hombre caído ha dado pie a cada movimiento hacia el “progreso” y “avance”
del hombre en todos los siglos de la historia. El
humanismo es el fruto de los pensamientos del hombre e intentos fallidos
de un corazón corrompido. La rebelión del hombre produjo
la “ética determinada según la situación o circunstancia” y la idea de que
“no hay absolutos”; pues, para el humanista, todo es relativo y el fruto
de su rebelión resulta en muchas perversiones más. Los
pensamientos perversos no son la causa de la rebelión; sino son el fruto
de la rebelión. El hombre se rebela porque es un rebelde;
el hombre peca porque él es pecado esencialmente. Siendo que Dios es inmutable, El ha estructurado todas las cosas
sistemáticamente. No creo que El actúe de acuerdo
a un patrón humano de lo que será sistemático según nosotros, sino que Dios
opera ordenadamente porque El observa orden en todas las cosas. Dios es un diseñador de orden y El ha determinado eternamente
crear, administrar y traer a la consumación todas las cosas según Su beneplácito. 1. Adán fue creado a
imagen de Cristo. “Por lo cual entrando en el
mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo”.
Hebreos 10:5 La voluntad del Padre siempre ha sido que Su Hijo se hiciera carne
y se habitara en cuerpo humano; un cuerpo que fuese la “imagen misma” de Dios; que sería ofrecido en sacrificio
por el pecado, a fin de hacer efectivo el pago por esos pecados y que la
redención del hombre pueda hacerse efectiva por medio de la sangre derramada
por Su Hijo. A esta imagen, “a imagen de Dios”, Adán fue creado con un cuerpo. Génesis 1:26, 27 “Entonces dijo
Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias,
en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo
creó; varón y hembra los creó”. Adán fue el primer hombre a quien Dios creó; pero cuando Cristo
nació en Su humanidad, Su cuerpo fue de la misma clase que el cuerpo de Adán.
En cuerpo, El era similar a otros hombres, porque
El era un hombre. Sin embargo, Adán no fue la “imagen misma”
de Dios; pero Jesús sí, lo fue y lo es. El
cuerpo de Adán no fue el modelo para la apariencia de Jesús; sino, al contrario.
El Padre en su omnisciencia, vio de antemano
la forma humana del Señor Jesús, con la cual vendría al mundo en el tiempo
establecido. Así fue que en la semejanza del cuerpo
de Jesús, Adán fue creado. Jesús no se asemejaba a
Adán; era Adán el que se asemejaba a Cristo. ¡Qué blasfemia terrible promulgan los evolucionistas, cuando ellos
declaran que el hombre se transformó gradualmente en su forma corporal, como
se presenta actualmente! Indirectamente, la teoría
de la evolución niega que Dios hubiera visto de antemano a su Hijo en forma
humana desde antes de que El creara el mundo y que determinara crear al hombre
a Su imagen. Dejemos de poner atención a estas tonterías
y blasfemias dichas por los evolucionistas. Tomando en cuenta Su propósito eterno con respecto a la creación,
Dios procedió a tomar polvo de la tierra e hizo al hombre. Antes de esto, Dios ya había creado la tierra con el poder
de Su palabra y de la nada la trajo a la existencia. Entonces,
de la tierra Dios creó a Adán. Adán fue hecho, en
sentido físico, con apariencia de lo que Dios quería para Su Hijo. Cuando Adán fue formado físicamente, él era un ser inanimado todavía,
porque él fue hecho de materia inanimada o sea, del polvo de la tierra. Para completar Su obra de crear al hombre a Su imagen,
Dios “sopló en su nariz aliento de vida, y fue el
hombre un ser viviente”. Génesis 2:7 Desde
este momento, Adán empezó a tener vida, se movía y existía. Dios hizo posible toda la actividad de la vida, porque
es la fuente de vida. 2. Adán, siendo el primer
hombre y padre de toda su descendencia, es la cabeza y representante de toda
la raza humana. Todos hemos descendido de él, de acuerdo al orden divino.
Estábamos en nuestro padre Adán. Mientras él estaba de pie, estábamos también de pie. Así que, cuando Adán cayó, nosotros también caímos, aunque
todavía no habíamos nacido. 3. Cristo es cabeza y
representante del creyente.
Nuestro eterno
y soberano Dios nos vio en Adán como el padre y representante de todo hombre
que naciere. Entonces Dios manifestaba algo todavía
más profundo y más rico acerca de Su grandeza, infinita sabiduría y propósito
eterno. Simbólicamente, el arreglo de la vida física
de Adán y su posición como cabeza y representante de todos nosotros sirve
para ilustrar el papel de nuestro querido Señor como cabeza y representante
de todos los que Dios Padre escogió en Cristo desde antes de la fundación
del mundo. Efesios 1:4 1 Corintios 15:22 “Porque así
como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”. Estábamos en Adán simbólicamente y de hecho. Por
lo tanto morimos juntamente con Adán cuando él pecó y murió espiritualmente.
Así mismo, todos los que están en Cristo serán
vivificados porque El vive. Entonces, los escogidos
de Dios están en Cristo simbólicamente y de hecho, y descansan en la esperanza
bienaventurada. ¿Quiénes son los que están en Cristo? Solamente
son aquellos que han sido escogidos en Cristo antes de la fundación del mundo.
Simbólicamente, están en Cristo, porque ellos
estuvieron en la mente de Dios desde toda la eternidad. Ellos
están en El actualmente, o estarán, porque el Hijo los compró con Su propia
sangre; y en el tiempo determinado por Dios, vienen a Cristo por medio del
nuevo nacimiento. Ellos nacen en esta relación como
hijos. La sangre de Cristo aseguró su lugar en El
y la obra eficaz del Espíritu Santo aseguró su posición actual cuando les
dio vida; los llamó a ser hijos, los llamó al arrepentimiento y fe en Cristo
por medio del evangelio. Cada persona escogido por el Padre se convierte en hijo por nacimiento
espiritual. El hijo es identificado desde entonces
como parte de la familia de Dios. En la vida física,
se entiende que para ser hijo, es necesario ser engendrado por el padre. Así que, este principio ilustra una verdad espiritual más
importante aún: que un hijo de Dios sólo es aquel que ha nacido de Dios,
habiendo sido engendrado por El. “Os es necesario
nacer de nuevo”. Juan 3:7 Es así entonces, que todos los hijos de Dios constituyen la familia
de Dios. A esta familia pertenecen todos los santos
(o sea, todos los creyentes) del Antiguo Testamento. Cada
uno de ellos sin excepción, fue nacido en esta relación.
También se incluyen todos los santos del Nuevo Testamento. Cada uno de ellos sin excepción, fue nacido espiritualmente
en esta relación o va a nacer de nuevo en el futuro. Además,
los creyentes nacidos de nuevo después del arrebatamiento de los santos serán
parte de la familia de Dios. Aquellos que han sido escogidos en Cristo, desde antes de la fundación
del mundo, ciertamente nacerán en la familia de Dios. Esto
es la voluntad eterna de Dios y no hay nada que puede impedir el cumplimiento
de Su voluntad. Esto es “la expiación definitiva”;
“la salvación segura”; “la redención positiva” y no habrá abortos. Cada persona que es escogida tendrá un nuevo nacimiento,
porque Jehová “verá el fruto
de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho”. Isaías
53:11 Los dolores del parto siempre producen un nacimiento; esto se cumple
según el orden establecido por Dios, tal como El lo ha decretado. También, el sufrimiento de Cristo resulta sin duda en el
nacimiento de los hijos de Dios. Aquellos cuyos pecados
fueron llevados por Cristo en la cruz del Calvario seguramente serán librados
y perdonados porque “la aflicción de su alma”
fue por ellos. 4. Cristo es cabeza de
Su iglesia.
Ahora, de la familia de Dios será
tomada la novia de Cristo, y la novia no podrá ser tomada de ninguna otra
familia. La novia será escogida y comprometida con
su Amado. El tiempo de espera durará hasta que se
cumpla el tiempo señalado por Dios para que el matrimonio tome lugar. Entonces la novia se convertirá en esposa. La novia es de la familia de Dios, pero no todos los miembros
de la familia serán la novia de Cristo; solamente aquellos que son escogidos
para esta grandiosa posición y estarán con vestido de boda debido a su fidelidad. Apocalipsis
19:7-8 De acuerdo a los símbolos y figuras que Dios ha mostrado en Su
Palabra, la novia primeramente se identifica como alguien que pertenece a
la familia apropiada. Se manifestará que ella ha sido
escogida para algo aún más especial; mientras espera la boda, ella dará a
conocer que su voluntad y deseo será sólo hacia Su desposado. Ella se someterá a Cristo de buena gana en cada aspecto
de su vida y tendrá felicidad al hacerlo. Su deseo
será cumplir con todo lo que Cristo desea para ella, sabiendo que eso será
para la gloria de Dios y también por el bienestar de ella.
Por medio de unos maravillosos ejemplos y símbolos, Dios ha
demostrado la relación venidera entre la esposa desposada y Cristo el Cordero. 5. Ilustraciones de Cristo
y Su esposa (la iglesia) Abraham y Sara En el caso de Abraham y Sara, se puede ver que Sara fue primero
un miembro de la familia de Abraham. Después, ella
fue escogida para convertirse en su esposa, Génesis
11. Dios preparó el corazón de Sara como esposa
de Abraham para honrarlo como su señor; pues ella estaba sometida a él y
se refería a él como su señor, Génesis 18:12. Isaac y Rebeca Más impresionante todavía es el matrimonio de Isaac y Rebeca, la
novia elegida para él. ¿Recuerda que Isaac era el
niño de la promesa, por medio del cual vendría la simiente? Cuando le tocó escoger la novia para su hijo, Abraham ordenó
precisamente que su siervo fuera a escogerla dentro de su propia parentela,
Génesis 24:4. Le
fue prohibido seleccionar una mujer de cualquier otra familia, Génesis 24:3. Una lectura cuidadosa de todo el texto, como está registrado en
Génesis 24, nos revela grandiosas e
impresionantes verdades. Le ruego que ore y lea este
capítulo completo, poniendo atención principalmente a las porciones relacionadas
con la selección de la novia y sus respuestas. Cuando el siervo llegó al lugar donde vivía la parentela de Abraham,
Dios le condujo a hablarle a Rebeca en el versículo 17; asegurándose así, de que ella era la persona a la que
Dios había escogido. En los versículos 18–20, Rebeca respondió con tanta sumisión,
que no había duda de que ella fuera ciertamente la
señalada para ser la novia de Isaac. Dios puso en ella el deseo de atender al siervo en seguida, aunque
él era un extraño para ella y no le había conocido hasta ese momento. Pero Dios le dio a conocer que el señor era siervo de su
futuro esposo, de acuerdo a lo que implican sus palabras hacia él en el versículo
18, “señor mío”. Más
excepcional todavía fue cuando el mismo novio se dio a conocer a la novia
y ella respondió favorablemente cuando él se presentó al encuentro, como
se registra en el versículo 65. Ella se regocijó en gran manera por estar comprometida con
Isaac, así como someterse y obedecerle a él. Ella
estaba conciente de su responsabilidad de someterse a la autoridad de Isaac.
Rebeca no pensaba buscar su propia voluntad,
sino complacer la voluntad de su esposo. Se cubrió
con el velo para mostrar simbólicamente que ella reconocía su posición ante
él. Por supuesto, el soberano Dios de toda la providencia obraba en
todo esto. Realmente, no entiendo cómo alguien puede
dudar de la obra omnisciente y omnipotente de Dios. Se
puede decir que Dios llevaba a cabo su voluntad en la vida de Isaac y Rebeca.
El obró desde el principio hasta el fin, y en
todos aquellos que estaban o estarían involucrados en el asunto. Dios preparaba a Rebeca para que aceptara comprometerse
y luego casarse; Dios produjo en ella “así el querer
como el hacer, por su buena voluntad”, Filipenses 2:13. La novia deseaba complacer al novio, así como las personas
escogidas para ser la esposa del Señor, sin duda, son conducidos por Dios
a ser felices y fieles a El. Rebeca tomaba con sumo agrado el ser la escogida, y su deseo era
sólo para aquel que la había escogido a ella y al que muy pronto se iba a
unir en matrimonio. Hasta aquí, puede creer que lo he llevado un tanto lejos del tema
de que “Dios Ha Establecido Las Autoridades Superiores”. Déjeme, entonces, traerlo nuevamente al asunto. Dios ha visto el fin desde el principio, y en Su sabiduría ha determinado
que su propio Hijo tendría la novia apropiada. Pues,
está haciendo lo necesario para proveer tal esposa. Dios
ha ordenado que la novia fuera tomada de su familia. Primero,
Su iglesia ha sido escogida de Su familia. Luego de
las iglesias que realmente son del Señor, la esposa de Cristo será escogida.
Así que, no todos los que se unen a la iglesia
por cualquier motivo son escogidos para ser la novia, sino que la esposa
de Cristo será formada de aquellos a quien El realmente añade a Su iglesia,
I Corintios 12:18. Dios claramente identifica a la novia como la que El escogió y
ella así le pertenece al Señor. Ella será tomada de
las iglesias del Señor Jesucristo y será transformada al estándar de perfección
establecido por el Señor. Ella será honesta, una virgen
pura, sin mancha y apropiadamente vestida, Efesios
5:27; Apocalipsis 19:7-8. Habiendo sido escogida
como Su prometida, ella será obediente y fiel al Esposo quien la escogió;
así como lo fue Rebeca (obediente y fiel). Ella será
escogida de las Iglesias Bautistas. Veamos ahora, cómo Dios habló en gran detalle al comparar entre
el matrimonio y la relación que Cristo tiene con Su iglesia. Dios lo declaró específicamente por medio del apóstol Pablo
en Efesios 5:25–27. “Maridos amad a vuestras mujeres,
así como Cristo amó a la iglesia, y se entrego a sí mismo por ella, para
santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha
ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha”. Así también, en Efesios 5:31-32 leemos:
“Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,
y los dos serán una misma carne. Grande es este misterio;
mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia”. Podemos ver que desde el principio del mundo, Dios le dio
a conocer al hombre Su orden divino respecto a la autoridad y liderazgo. Adán y Eva Regresando al tiempo del Edén, tengamos bien claro en nuestra mente
que el matrimonio de Adán y Eva es figura de Cristo y Su esposa. Génesis 2:18–24 “Y dijo Jehová
Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia
del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo
las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese
es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave
de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda
idónea para el. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño
profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas, y
cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová
Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y
carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y
se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. En estos versículos, Dios presentó el orden divino con respecto
a las posiciones que El estableció desde el principio para el hombre y la
mujer, las cuales jamás serán cambiados. Dios no disminuya sus reglas. Por lo tanto,
Dios no sanciona la acción del hombre que quiere abdicar (dejar) su posición
y así evadir su responsabilidad, ni de la mujer quien busca usurpar (asumir)
una posición que no le pertenece y así evadir la responsabilidad que le corresponde
a ella. Este
orden de Dios permanece fijo por Su decreto inmutable. Cualquier
persona que pretende cambiar y alterar las posiciones de autoridad que han
sido establecidas una vez y para siempre por la voz de Dios, muestra así
que se rebela contra la soberanía de Dios. Adán fue hecho primero del polvo de la tierra. Su existencia se
debió a la complacencia del Creador y él permaneció sujeto a su Creador.
Adán no fue el dueño, sino una criatura sujeta
a Cristo como su cabeza; Adán estaba bajo el reino del Dios soberano. La mujer fue tomada de Adán para que él tuviera ayuda. Es decir, ella fue traída como su ayuda idónea (apropiada).
Dios no la hizo directamente del polvo de la
tierra; en cambio, ella fue hecha del hombre que ya había sido formado del
polvo de la tierra. Todos los descendientes de Adán
vienen de “la misma masa” (un solo origen), incluyendo a Eva y todos los
hijos. Por el hecho de que ella fue tomada del hombre, es evidente que ella había estado en él; pues,
fue tomada de él y no fue formada directamente de la tierra como Adán. Si por el contrario, la humanidad hubiera provenido de
dos seres, en vez de uno solo, esto no estaría de acuerdo con Además, si ella hubiera sido creada del polvo de la tierra como
un ser distinto, ella no habría sido hecha de Adán y así
no estaría sujeta a él. En cambio,
ella habría sido su igual y la otra cabeza o representante de alguien o algo. Si fuera así, la humanidad habría existido como un monstruo
de dos cabezas. Sin embargo, esto nunca podría haber
ocurrido, porque la infinita sabiduría del Creador no lo habría imaginado,
y el orden divino nunca lo habría establecido así. Ahora bien, cuando Dios tomó a la mujer del hombre y la presentó
a Adán, surgió la institución de matrimonio tal como Dios lo estableció.
Pues, fue Dios quien lo ordenó y sancionó. “… por lo
tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. Mateo
19:6b Cuando Eva fue presentada a Adán, él declaró, “Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne”.
Ellos eran uno en la creación, pero Dios tomó
a la mujer del hombre y ellos fueron dos. Luego, El
puso juntos aquellos dos, que originalmente fueron uno; y de nuevo volvieron
a ser uno, para que ante Dios nunca fuesen separados. ¿No es hermosa esta ilustración? Dios ciertamente
mostró Su infinita sabiduría y gracia incomparable hacia sus criaturas cuando
diseñó y estableció el matrimonio. Y, ¿por qué lo
hizo? Pues, Dios se interesa en el bienestar del ser
humano, por lo cual El es digno de honra. Pero, ¿qué más significa el matrimonio establecido por Dios? El matrimonio es honroso y maravilloso en sí; y además
sirve como ejemplo de algo aún más profundo. Yo no
busco minimizar la santidad del matrimonio y de la familia; sin embargo,
quiero mostrar a través de Las Bodas del Cordero como patrón del matrimonio El matrimonio entre el hombre y la mujer es simbólico al matrimonio
del Hijo de Dios con la esposa que El mismo escoge. Esto
se ilustra con la historia del rey en Mateo 22,
que hizo la fiesta de bodas a su hijo. El llevó a
cabo todos los planes y se aseguró de que se cumplieran exactamente como
él lo había ordenado y diseñado. Adán fue el primero en ser formado y después fue hecha Eva de su
carne para hacerla su esposa; la que debía ser amada y sustentada por el.
Eva fue formada para honrar al marido, sujetarse
a él en todas las cosas, y estar capacitada por fe a encontrar el mayor gozo
de hacer estas cosas. La preeminencia de Cristo está ilustrada en el primer matrimonio,
el cual simboliza la autoridad de Cristo sobre Su esposa.
Se refiere al amor de Cristo por Su iglesia, demostrado a través
de Sus bondadosas provisiones, Su protección y propósitos por el bienestar
de ella. El matrimonio también es figura del amor
de la iglesia hacia Cristo su prometido; la iglesia halla gozo y placer en
Cristo el esposo y tiene la buena disposición de mostrar su felicidad y contentamiento
a los otros miembros de la familia de Dios. De nuevo, la boda de Adán y Eva no será el patrón para las Bodas
del Cordero. Por el contrario, el matrimonio de Adán
y Eva y de todas las parejas humanas a quienes Dios ha puesto juntos debe
seguir el modelo de las Bodas del Cordero que luego tomará lugar. ¡Qué maravillosos son los ejemplos simbólicos! Son hermosos los propósitos de Dios. El
Dios de toda la gracia es quien sabiamente ordenó todas las cosas. ¿Se goza usted de este orden de autoridad establecido por
Dios? El Orden de Autoridad en El
Nuevo Testamento 1 Corintios 11:3-16 3 “Pero
quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la
cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. 4 Todo
varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. 5 Pero
toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza;
porque lo mismo es que si se hubiese rapado. 6 Porque
si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso
a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. 7 Porque
el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios;
pero la mujer es gloria del varón. 8 Porque
el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, 9 y tampoco
el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por
lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa
de los ángeles. 11 Pero
en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; 12 porque
así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero
todo procede de Dios. 13 Juzgad
vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 14 La
naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer
el cabello? 15 Por
el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque
en lugar de velo le es dado el cabello”. 16 Con
todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre,
ni las iglesias de Dios. Con respecto a las posiciones de autoridad, el apóstol Pablo fue
directamente al problema que había surgido en las primeras iglesias, porque
el orden establecido por Dios había sido violado. La
iglesia de Corinto había caído en descuido, falta
de decoro y orden durante los cultos. Se encontraban en la asamblea algunas personas que no tomaban en
cuenta las reglas de Dios. Las mujeres exhibían su
rebelión cuando rehusaban reconocer que Dios les asignó su posición de sumisión
a la autoridad de sus propios maridos y la del hermano varón en general. Los hombres también exhibían su rebelión en contra de Dios, porque
al tolerar tal comportamiento en la mujer, así promovían en forma negativa
esa conducta indecorosa. Los hombres se negaban a
enfrentarse a la responsabilidad que Dios sabiamente les encomendó como cabeza
de la mujer, y aun animaban a sus mujeres a seguir en esa conducta vergonzosa. Procuraban desechar el orden de Dios, y eso fue un obstáculo a
la eficacia de la iglesia. El desorden en un asunto
los llevó a caer en el desorden de otros asuntos, así como el estudio de
esta epístola lo confirma. Hoy en día, cuando un miembro de las iglesias de Cristo comete
una grave ofensa moral, generalmente se debe a la falta de una doctrina sólida.
Se puede comparar que la comisión de serios
delitos en la sociedad usualmente es el resultado de un gobierno que descuida
el orden público. La palabra de Dios es la única fuente de instrucción para nuestra
fe y práctica. La Biblia es la protección que Dios
nos da para luchar en contra de nuestra tendencia a caminar desordenadamente.
Cuando no se pone atención a la enseñanza de
la sana doctrina de la Biblia, entonces la protección o seguridad es quitada
y llega a ser común la injusticia y el desorden. Entonces, nos conviene estudiar la Biblia con diligencia, a fin
de saber lo que Dios quiere que sepamos; es preciso dejarnos gobernar por
los principios bíblicos en todos los asuntos de nuestra vida, para que nuestra
conducta sea agradable a Dios. Al empezar su enseñanza, lo primero que Pablo recuerda a los santos
(creyentes) en Corinto es que Dios ha establecido las autoridades superiores.
Este asunto no se deja a la discreción de algún
miembro ni tampoco de alguna iglesia, para que decida cual será el mejor
camino a seguir. Al hombre, no se le permite seleccionar
antojadizamente a cuales instrucciones quiere obedecer. Al
contrario, el hombre debe escuchar “todo el consejo
de Dios” Hechos 20:27, y poner en práctica todo lo que Dios le ha
mandado; pues para los que amamos a Dios
“… los mandamientos de Dios no son gravosos”. 1 Juan
5:3 1. Se debe reconocer
que la autoridad comienza con Dios primeramente. Por tanto, Dios asigna posiciones de autoridad
al hombre según le parece en Su soberanía; Él tiene ese derecho. Pues, cualquier intento de parte del hombre de renunciar
o escaparse de este encargo de autoridad y liderazgo, significa que él así
está desechando a Dios mismo, quien estableció la posición que corresponde
al varón. “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón,
y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. 1 Corintios 11:3 2. Dios es cabeza de
Cristo, y Él es sumiso a Su Padre. Dios
es supremo sobre todas las cosas; Cristo reconoce esto, y se somete a la
voluntad de Su Padre en todas las cosas. El nunca
se rebeló a su Padre; fue siempre sumiso. Pues dijo,
“Yo vengo a hacer tu
voluntad, oh Dios”. 3. Cristo es la cabeza
de cada hombre en el mundo, y todos los hombres deben reconocer la autoridad de Cristo sobre
ellos, tenerlo como cabeza y someterse a El en todas las cosas, pero especialmente
todos los hombres en Su iglesia. De lo contrario,
el hombre es un traidor y un rebelde. 4. El hombre es la cabeza
de la mujer. Todas las mujeres, especialmente aquellas en las iglesias
de Cristo, deben reconocer al hombre como cabeza sobre ellas y deben someterse
a su autoridad como lo estableció Dios, y obedecerlo en todo lo que no sea
contrario a los principios bíblicos, tal como lo enseña 1 Corintios 11:3. Cuando obedece
al hombre, ella así también se somete a Cristo. En todo lo anterior, me parece que no hay nada que sea difícil
de comprender. Está claramente establecido y no deja
ningún espacio para el debate; es así, que dependiendo de este versículo
el apóstol Pablo ha dejado una buena y completa enseñanza a la iglesia. El habló, bajo inspiración, a las personas que habían profesado
seguir a Cristo; y por lo tanto, debían haber sido dóciles para entender
la palabra de Dios. Así también nosotros, que profesamos
pertenecer a Cristo, debemos estar dispuestos a poner en práctica lo que
Dios nos manda sobre esta enseñanza. 5. El símbolo de autoridad
en el culto “Todo varón que ora o profetiza
con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza”. 1 Corintios
11:4 ¿Quién ejercita la autoridad divina sobre todo hombre? Cristo es la cabeza que está sobre todo hombre. Está claro, entonces, que Cristo debe ser honrado y no
deshonrado, siendo El un ejemplo de sumisión a Dios Padre, Su propia cabeza.
¿Cómo puede el hombre honrar su cabeza cuando
la iglesia está congregada? Recuerde que Pablo estaba
escribiendo a la iglesia de Corinto. Esta iglesia
estaba congregada cuando la carta fue leída a todos ellos. Así también, está enseñanza fue para ellos y también para
todas las otras iglesias cuando éstas se reúnen. En la iglesia del Señor, el hombre honra a Cristo, que es su cabeza,
al tener su propia cabeza descubierta. El hombre no
debe cubrir su cabeza en el culto con sombrero, gorra, etc. Si él hace esto, está deshonrando su cabeza que es Cristo.
Ahora, querido lector, usted sabe que esto es
correcto, necesario y decente. Si el predicador o
cualquier otro hermano apareciera en la asamblea llevando sombrero y participara
en el culto así vestido, se ofendería la congregación entera. ¿Verdad? Usted sabe que sería ofensivo,
pues traería deshonra a Cristo. Vea de nuevo 1 Corintios 11:4 para
entender bien el asunto en relación al cabello del hombre y su cubierta. Si la cubierta referida aquí se toma como el cabello en
la cabeza de los hombres, significaría entonces que solamente los hombres
calvos podrían orar y profetizar en la asamblea pública de la iglesia. Para aclarar esto, se debe tomar en cuenta que el cabello
no es la cubierta que Dios prohíbe al hombre. ¿Por
qué entonces será que se imaginan que el cabello es la cubierta requerida
para la mujer? 6. El símbolo de sumisión
en el culto En la asamblea del Señor, la mujer honra su cabeza cuando ella
“ora o profetiza” teniendo su cabeza cubierta. Ella
debe cubrir su cabeza con un tapado o velo; pues de lo contrario, deshonra
su cabeza que es el hombre y da a conocer que ella anda fuera de la autoridad
impuesta por Dios sobre ella. Así, sería señalada
como una esposa infiel. Para la mujer, el acto de “orar o profetizar” en la iglesia del
Señor siempre será hecho en silencio, y nunca de otra forma bajo cualquier
circunstancia, porque la Escritura lo exige. 1 Corintios 14:34, 35; 1 Timoteo 2:11 El hecho de que la mujer debe guardar silencio en la iglesia
no significa que “ella así no participa en la adoración y por
lo tanto no tendría la obligación de cubrirse la cabeza”, como dicen algunos.
Más bien, ella siempre participa en la adoración,
pero según el papel que Dios le asignó. Ella está
orando en el culto (aunque en silencio) y está profetizando (o sea, manifestando
su fe en la Palabra de Dios) por medio de su sumisión a lo que la Palabra
enseña. Ella testifica en ejemplo y práctica al cubrir
la cabeza, guardar silencio y escuchar atentamente. Ella
está aprendiendo en el culto para poder cumplir más perfectamente el papel
que Dios le ha asignado. Cuando la mujer se congrega con su cabeza cubierta con un velo
o tapado, ella así da honra a su cabeza; pero Dios manda, “si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello”. 1 Corintios 11:6 Para Dios, el cabello corto no es bonito en la mujer, sino
vergonzoso; pues, era la señal que identificaba a la mujer infiel, la cual
había traído deshonra a su esposo. Isaías 3:16-17, 24 Si la mujer se encuentra en la asamblea de la iglesia con su cabeza
descubierta, “afrenta su cabeza; porque lo mismo
es que si se hubiese rapado”. 1 Corintios 11:5 Si ella rehúsa someterse a la autoridad que Dios ha puesto
sobre ella, entonces que sea marcada así con el cabello corto para identificarse
como una mujer rebelde y ociosa. De la misma manera, si las iglesias del Señor no están sujetas
a Cristo; entonces son iglesias infieles, y la rebeldía está representada
por las mujeres en las iglesias que no cubren su cabeza. Cuando
las iglesias están sujetas a Cristo, esto se representa por las mujeres piadosas
que cubren su cabeza. Si el cabello largo de la mujer, mencionado por Pablo, se toma
como su único tapado necesario en el culto, entonces la palabra “también” en el versículo
6 no tiene significado; pues esta palabra significa “en adición a”. Si ella quiere mostrar
apropiadamente su acuerdo con lo que Dios ordena, ella debe dejar crecer
el cabello y cubrir su cabeza con un velo en el culto de adoración. “… si la
mujer no se cubre, que se corte también el cabello”. Ahora recuerde que la cubierta que la mujer use o deja de usar,
representa la forma como la iglesia se presenta ante Cristo. Me refiero a la iglesia simbolizada por la mujer, la que
puede honrar o deshonrar a Cristo según sea la apariencia de su cabeza. Para demostrar que una mujer está baja la autoridad del hombre,
ella debe cubrirse en la congregación. De tal forma,
los ángeles que se reúnen con los santos verán que la iglesia está sujeta
a Cristo en todas las cosas. Cuando los ángeles están
reunidos en la iglesia con los santos, ¿qué clase de enseñanza provee la
iglesia para ellos? ¿Pueden los ángeles ver una iglesia
sumisa o una iglesia infiel y rebelde? 7. El símbolo natural
de autoridad, o de sumisión Ahora, veamos lo del cabello por un momento. ¿Cuál
es el significado del cabello tomándolo como cubierta de la cabeza? Aparentemente, el cabello significa algo porque se lo menciona
como “velo”; y por lo tanto, no puede ignorarse. Pero,
¿qué significado tiene esto? Primeramente, el cabello como cubierta es dado por Dios para simbolizar
el orden de autoridad humana que El estableció. El
cabello corto del hombre y el cabello largo de la mujer representan la posición
que corresponde a ellos por naturaleza. Entonces,
el cabello es el símbolo natural de nuestro lugar en la “cadena de autoridad”
mencionada en el versículo 3, por lo que no
debe confundirse con los símbolos espirituales. El cabello largo es una honra para la mujer; “… a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en
lugar de velo le es dado el cabello”. (1 Corintios 11:15) Su cabello largo es su gloria y es el símbolo natural de
su agrado para con Dios por haberle colocado a ella bajo la autoridad del
hombre. Ella merece honra y gloria cuando acepta su
posición. La mujer que deja crecer el cabello para
Dios no se siente apenada por ello, sino orgullosa (no el orgullo carnal).
Ella no es jactanciosa, sino está contenta y
agradecida por tener su cabello largo y así poder identificarse como mujer;
como un ser que fue formado del hombre para ser su ayuda idónea y para honrar
a Dios mientras cumple con lo que El le asignó que hiciera. Ella sabe que Eva fue engañada y seducida a pecar. También, reconoce que el decreto de Dios es: que el deseo
de la mujer sea para su propio esposo y que él tenga señorío sobre ella.
(Génesis 3:16) Por
eso, la mujer piadosa confía que, a causa de la Infinita Sabiduría, ella
está bajo la autoridad del esposo para su propia protección y se deleita
por haber sido asignada a esta posición. El cabello corto en el hombre es el símbolo de su posición en relación
a la mujer, según el orden establecido por Dios. El
hombre fue puesto en un lugar de sujeción a Cristo, pero en autoridad sobre
la mujer. Entonces, si el hombre use cabello largo,
sería atentar contra el orden establecido por Dios; revela un deseo de cambiar
lo que Dios manda, trae deshonra a Cristo y vergüenza a sí mismo. Aun la naturaleza enseña que es vergonzoso para el hombre usar
el cabello largo. A pesar de su esfuerzo por justificar
“el estar a la moda”, siempre le es vergonzoso y deshonra la posición en
que el hombre ha sido colocado. Aunque la moda y el
estilo cambien, esto no significa que Dios cambia. Por
consiguiente, no es posible que el hombre utilice tal excusa trivial para
justificar su conducta vergonzosa al dejarse crecer el cabello. Hombre de Dios, ¡córtese el cabello! Sea
obediente a lo que Dios estableció, y entonces quizás pueda influir en aquellas
personas que el Señor ha puesto bajo su autoridad. Siendo
así, usted podrá mostrar con el ejemplo lo que la Biblia enseña y tomar la
responsabilidad que Dios le ha dado como cabeza de su familia. ¿Cómo puede
esperar usted que su familia respete su liderazgo, si usted mismo deja crecer
el cabello y así desprecia su posición de autoridad como hombre? La palabra de Dios establece claramente el orden de las cosas (I Corintios 11), y presenta los símbolos naturales,
así como espirituales; los cuales señalan la diferencia entre el hombre y
la mujer de acuerdo con sus respetivas posiciones. Los símbolos naturales son el cabello corto para el hombre
y cabello largo para la mujer. Adicionalmente, se
usan en la iglesia los símbolos espirituales, la cabeza descubierta
para el hombre y cabeza cubierta para la mujer. Bajo inspiración, el apóstol Pablo estableció que siempre debemos
tomar en cuenta la enseñanza apostólica y la manera aceptable de adorar al
Señor en la iglesia. Además Pablo declaró que él y
los otros apóstoles no se habían desviado de esta práctica. El entonces concluyó su afirmación al enfatizar: “Con todo eso, si
alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las
iglesias de Dios”. 1 Corintios 11:16 El apóstol dejó claro que él y las iglesias de Dios enseñaban solamente
estos símbolos de autoridad y nunca habían recomendado ninguna otra práctica.
Pablo afirma que siempre es necesaria la práctica
del símbolo natural y espiritual de acuerdo con nuestra posición, ya sea
del hombre o de la mujer. Entonces “si alguno quiere ser contencioso”, no está respaldado
por la palabra de Dios y se ha apartado de la forma
bíblica de simbolizar el orden de autoridad. Hay algunos que enseñan y practican que la mujer piadosa debe llevar
el cabello largo como único símbolo necesario aun en la iglesia. Este error, hoy en día, lleva a los hombres a enseñar
otra forma diferente a la bíblica y las iglesias la practican. La apariencia de la mujer en el culto, con el cabello largo cubierto con su velo, muestra su sujeción al hombre. También la mujer representa la iglesia y así simboliza que la iglesia es obediente a Cristo. La Enseñanza Práctica
Cuando las mujeres piadosas entran a la iglesia con su cabeza cubierta,
ellas así están enseñando con el ejemplo la sujeción al liderazgo del hombre.
Sin hablar una sola palabra, están enseñando
también con el ejemplo que la iglesia está sujeta a Cristo. No les es permitido hablar, pero ellas no necesitan decir
nada; pues sus acciones hablan y testifican por ellas. Las
mujeres testifican con el ejemplo más que con palabras, aun si tuvieran el
deseo de hablar o si se les permitiera hacerlo. Como se ordena en Tito 3:3-5, las
hermanas ancianas deben enseñar en privado a las mujeres más jóvenes. Entonces, ellas pueden enseñar el principio de sumisión
al orden divino en 1 Corintios 11:1-6, tanto
como las otras porciones de la Palabra de Dios. Al
estar apropiadamente enseñadas por palabra y ejemplo, las mujeres jóvenes
desearán seguir la enseñanza de la Biblia y querrán estar bajo sujeción. Si las iglesias insisten en que sus miembros se sometan a la Biblia,
al orden establecido por Dios, serán bendecidas con poder espiritual, porque
Dios bendice grandemente a sus iglesias cuando estas le obedecen; El también
retira las bendiciones a las iglesias, si caminan desordenadamente. ¿No nos gustaría ser bendecidos y usados por Dios? Entonces, busquemos Su camino y andemos en el. Tanto el hombre como la mujer creyente deben someterse a su Señor
y buscar la dirección de Dios para cumplir con su responsabilidad. Al no hacerlo, manifiesta una actitud egoísta y necia;
refleja un carácter desfavorable al que profesa conocer a Cristo. Si a caso el hombre fallara, eso no lo liberaría de su responsabilidad;
o a la mujer, no le daría el derecho de descuidar
su compromiso, sólo porque ella lo quisiera dejar. Así pues, Dios siempre
le encarga al hombre, como cabeza del hogar, a que enseñe a su esposa e insista
sobre la obediencia que ella le debe a Dios. Ciertamente, parece que muchas mujeres no desean adornarse con
los símbolos de sumisión que Dios ordena en 1 Corintios
11:1-16 (el cabello largo siempre y el velo en la iglesia), porque
no han sido apropiadamente enseñadas. Tampoco han
sido instruidos bien los hombres, ni han enseñado a sus esposas. Esto depende de aquellos que están a cargo, ante Dios, de predicar
la Palabra y de quienes se les ha encomendado enseñar todo el consejo de
Dios; y esto hace referencia directamente a los predicadores. Normalmente, en el púlpito se guarda silencio respecto a este asunto
tan importante. Allí, se encuentra muy poca o ninguna
enseñanza sobre el orden de autoridad establecida por Dios y los símbolos
que representan este principio, incluso entre los bautistas. ¿Cuándo ha oído
usted este tema predicado o visto esta práctica? Este asunto ha sido descuidado a partir de las últimas dos generaciones.
Si investigamos las enseñanzas y prácticas de aquellos que nos han precedido,
encontramos que hasta hace algunos años, era inimaginable para una mujer
bautista entrar a la iglesia bautista con su cabeza descubierta. Los pastores enseñaban la importancia de sumisión a la
autoridad, los hombres y mujeres lo creían y las iglesias reconocían a Cristo
como cabeza. Al leer los registros de los bautistas del pasado, es evidente
que esta práctica era costumbre entre ellos. Seguramente,
sus padres les enseñaron este principio y también fue puesta en práctica
por las iglesias de su tiempo. Parece ser que el llamado “estilo” ya ha cambiado
a las mujeres fuera y dentro de las iglesias del Señor. Las
mujeres en general ya perdieron la costumbre de usar sombreros bonitos y femeninos
como antes. Pero, ¿por qué ocurre esto? Se puede decir que en la mayoría de los casos, la mujer
ya no está en sujeción y por lo tanto, no quiere llevar una apariencia modesta
y femenina. Cada movimiento feminista que ha existido en el mundo, ha sido
resultado directo del pecado. La rebelión que existe
en la gente hoy en día se puede atribuir directamente al pecado y a las terribles
consecuencias. Cuando la mujer se rebela, no es sólo
contra el hombre, sino primeramente contra Dios y el orden de autoridad. El movimiento conocido como ERA y otros movimientos semejantes
son movimientos que no toman en cuenta a Dios, pues lo que buscan es cambiar
el orden establecido por Dios. La mujer que participa
en o muestra simpatía por las actividades realizadas por estos movimientos
se rebela contra Dios. El hombre cae también en la rebeldía, al ser activista dentro de
estos movimientos o aprobar dichas acciones no piadosas en otras personas.
Tal hombre es aún más culpable que la mujer,
pues contiende directamente contra Dios y manifiesta con sus acciones que
Dios se equivocó en Su propósito. El así renuncia
a la posición de autoridad en la que Dios lo ha colocado. ¿Debe el hombre o la mujer creyente aceptar que el mundo dicte
el “estilo” que debe usar? Bueno,
creo que la respuesta es evidente. El mundo no debe
ser introducido en la iglesia; por el contrario, la iglesia debe mantenerse
separada del mundo. La separación se enseña en la
Biblia y debe ponerse en práctica. Querida hermana, oiga las palabras de su Señor. Siga
Su enseñanza y busque por todos los medios normar su vida por medio de las
Escrituras. Escuche a su Señor; no ponga atención
al diablo, quien está presto a causarle daño. Sométase
a la posición que Dios le ha dado. Querido hermano, oiga las palabras de su Señor. Siga
Su enseñanza y busque por todos los medios normar su vida y las de su casa,
siempre basados en la Palabra de Dios. Recuerde que
usted ha recibido instrucciones de Dios, y es responsable ante El por las
almas que El ha puesto bajo su autoridad para que los dirija. Usted dará cuenta a Dios por sus acciones. Queridas iglesias, busquen la faz de Dios y luchen por caminar
en la luz. Insistan en que la Palabra de Dios sea
proclamada fielmente, para que sea entonces obedecida. Sean
persuadidas de que Dios es bueno. El ha ordenado todas
las cosas para Su gloria y para el bienestar de las iglesias. Judas 1:3
“… que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los
santos”. En la medida que un individuo o una iglesia camina alejándose de
la fuente de luz, sus pasos lo guiarán a la más profunda oscuridad. Si la persona o iglesia va en un camino equivocado y continúa
en esa dirección, sus pasos serán cada vez más inciertos; su peligro aumenta
y no tendrán buen juicio para evitar caer en las trampas. Por otro lado, cuando alguien se arrepiente y regresa, entonces
empieza a ver el rayo de luz en la distancia. Al moverse
hacia esa luz, se anima a seguir porque al acercarse, se da cuenta que la
luz se vuelve más brillante. Ya en este camino, su
confianza aumenta y Dios satisface su necesidad. Santiago 4:6-8 “Pero él da mayor
gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios,
y da gracia a los humildes. 7 Someteos, pues, a Dios;
resistid al diablo, y huirá de vosotros. 8 Acercaos
a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad
las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”. Conclusión Yo no digo que la obediencia al principio de autoridad resolverá
todos los problemas en que se encuentran las iglesias del Señor. Pero si sugiero que cuando este orden divino es comprendido
y practicado, nos llevará a tener más luz. “Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene,
se le dará…” Lucas
8:18 Yo creo que el pueblo de Dios será capaz
de ordenar su vida más perfectamente cuando el orden dado por Dios es guardado. Cuando aceptan su posición de autoridad como establecida por Dios,
los esposos y padres cumplirán con sus responsabilidades en un mayor grado.
Las familias serán establecidas de nuevo en
orden, porque la cabeza del hogar cumple con el papel que le ha sido asignado. Las esposas serán una verdadera ayuda idónea para sus
esposos y las madres verán por la crianza de sus hijos; así como administrar
los asuntos del hogar como corresponde. Los niños
observarán estas actitudes piadosas mostradas ante ellos diariamente y serán
más conscientes de su propio lugar en la estructura de la familia. Es así, entonces, que cuando la familia está en orden, las iglesias
estarán también en mejor orden. Cada miembro de las
iglesias del Señor es también un miembro de una familia. Cuando
la familia está en orden, también llevará este orden al seno de la iglesia. Que el Señor conceda gracia a todo su pueblo para buscar su voluntad.
Que el Señor quiera permitir a cada uno de las
personas que han sido comprados por Su sangre al escuchar SU palabra, creer
en SUS instrucciones y obedecer todos los preciosos y maravillosos mandamientos
que EL ha dado. Es para SU gloria y nuestro bienestar
que Dios sabiamente estableció las respectivas posiciones de autoridad. “…enseñándoles que guarden todas
las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo. Amén”.
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