La Apuesta Por
David Stone
Después de ser considerado por muchos
años como un vicio social, la apuesta ya se ha convertido en una práctica
aceptable. La lotería del estado y los bingos en algunas iglesias han promovido
y dignificado el juego (apostado con dinero) para hacerlo aparecer como un
inocente pasatiempo o una recreación respetable. La presión de las necesidades
económicas y los reportes de ganadores multimillonarios de la lotería han
estimulado el apetito de muchas personas que esperan ganar una fortuna. Se estima que actualmente la cantidad
de dinero apostado en Estados Unidos es igual a un
tercio del producto nacional bruto. El 66% del total de los americanos participan
en apuestas. Una de las principales autoridades
de ese país referente al juego, fue un abogado de Washington, Rufus King, quien fue el presidente de la Asociación
Americana de Abogacía y Consejero de la Comisión Presidencial Contra el Crimen.
En su libro, El Juego Relacionado al Crimen Organizado, dijo que la
suma total gastada en el año 1969 por los americanos en todas las formas
de juego con dinero fue en un rango de $15 a $25 billones de dólares. Algunas estimaciones confiables doblaron
estas cifras, pero déjenos decirle que si $20 billones de dólares se gastaran
en juegos y si la ganancia del promotor fuera la tercera parte de estos,
entonces los ingresos realizados por los que controlan esta actividad serían
entre $6 y $7 millones. Rufus King además dio una ilustración de lo que significa un billón
de dólares: si usted coloca un millón de dólares en billetes nuevos de mil
dólares (uno sobre otro) usted tendría una columna de 8 pulgadas de alto,
y al hacer lo mismo con un billón de dólares la columna se extendería hasta
111 pies arriba del punto más alto del “Monumento de Washington”. La apuesta es un problema mucho más
serio de lo que la mayoría sospecha. Según los informes de la Universidad
John Hopkins, en 1980 la Asociación Americana de Psiquiatría declaró el juego
patológico como un desorden mental. A mediados de los años cincuentas,
fue establecida la Organización de Apostadores Anónimos para ayudar a las
personas involucradas en el vicio de apostar. Un representante de esta organización
en Cincinnati, Ohio dijo que en ese entonces recibieron de 12 a 15 miembros
cada semana, por supuesto que la mayoría de ellos nunca buscaban ayuda ni
consideraban anormal su condición o que sus acciones fueran inmorales. Inicialmente fue un problema escondido
que pocas personas mencionaban mientras fue ilegal y no aprobado por el gobierno. En
aquel tiempo la revista de “Today’s Health” (La Salud de Hoy) dijo que apostar era el
cáncer social más desconocido en América, desconocido porque la mayoría de
esto se hacía en secreto y no se detectaba, pues nunca se hacía tan evidente. I. La Apuesta Es Dañina PARA UNO MISMO.
1. Mancilla Nuestra Reputación.
Henry W. Grady en la Editorial de la Constitución de Atlanta, Georgia, EEUU, el 20 de septiembre de 1884, dijo: “Jamás apuestes. De todos los vicios en el que el hombre es cautivado, este es el peor, el más fuerte y el más engañoso. Además de la cuestión moral es la más pobre inversión, el más pobre negocio y la más pobre inversión. Ningún hombre que juega, aun un poco esta fuera de peligro. Es más fácil nunca jugar. Yo nunca supo de un caballero u hombre de negocios que no se arrepintiera del tiempo y del dinero que derrocho en esto. Un hombre que juega con cartas (póquer) no es apto para ningún otro tipo de negocios sobre la tierra”. El Juez Michael L. Mckinley (Ex–Director de Justicia de la Corte Criminal
del Condado Cook, en el Estado de Illinois) dijo: “Las apuestas han crecido
gigantescamente como un negocio el cual no produce nada sino sobornadores,
malversadores, falsificadores, timadores, estafadores, carteristas, ladrones
y bandidos”. Usted puede pensar lo que desee acerca del juego, pero todos
los arriba mencionados son la realidad. Antes
de que los casinos abrieran en Atlantic City,
Nueva Jersey, había aproximadamente una docena de prostitutas. Después de
solamente unas pocas semanas, más de cien fueron contadas. Además, la Organización
Evangélica de dicha ciudad que se dedica a rescatar a gente de la calle,
tuvo que cuadruplicar su cantidad de camas. Es bien conocido que la mayoría
de personas más corruptas participan en apuestas, esto, en sí, nos debe convencer
de algo. 2. Destruye Nuestra Compasión. La Biblia nos enseña a amarnos unos
a otros, lo que significa que deberíamos sacrificarnos de buena gana para
suplir las necesidades de otros. Pero el juego pone primero los intereses
de sí mismo. Va produciendo resentimientos y hace enemistades. Esto quita el amor de la sociedad y crea un espíritu de
indiferencia hacia otros. 3. Desarrolla La Esperanza de Obtener
Algo Por Nada. El juego destruye la iniciativa. En
vez de prepararse y ponerse a trabajar, el jugador desea vivir de la desgracia
de otros. Esta actitud de “algo por nada” está destruyendo América. Tom Anderson
en la publicación Straight Talk (Hablemos Claro) dice que los guardabosques
del Parque Nacional Mount Rainer son quienes
avisan a los visitantes en contra de alimentar a los animales. El guardabosques
explica que el venado llega a acostumbrarse a comer lo que los visitantes
le regalan y pierde la capacidad de buscar comida por sí mismo. Los osos,
llegan a creer que ellos merecen la comida gratis y se vuelven gruñones y
violentos si no lo obtienen. Las ardillas se reúnen donde la gente les regala
comida y así alteran el equilibrio de la naturaleza.
El balance de aquel país está de igual
modo siendo alterado: los parásitos de la sociedad están tomando el control.
El escritor sigue diciendo: “Una razón de porque la lista de los que reciben
ayuda social del gobierno [welfare] crece es
porque esto es más rentable para millones de personas estar con dicha ayuda
social que ir a trabajar. Hay millones de personas que obtienen la ayuda social
desde la tercera generación: sus abuelos, padres y ellos mismos nunca han
encontrado un trabajo “conveniente”, porque no hay trabajo conveniente para
un parásito de la sociedad. El mismo gobierno ha creado de la gente millones
de aprovechadores. No he olvidado mi tema, que es “La
Apuesta”, y no la ayuda social, pero la verdad es que ambos conducen a la
actitud peligrosa de esperar “algo por nada”. Los que obtienen ayuda social consideran
su derecho vivir a cuenta de otros y el jugador espera prosperar por la pérdida
de otros. Es más, este vicio de apostar ha sido responsable por un porcentaje
de personas que ya dependen del gobierno para vivir. La Biblia dice
que el propósito de Dios para el hombre es que
ganemos la vida con el trabajo honesto. 2 Tesalonicenses 3:10
“Si alguno no quiere trabajar, tampoco
coma”. Y Génesis 3:19 “con el sudor de tu rostro comerás
el pan”. 1. Destruye
Familias. El apostador pierde, sus hijos aguantan
hambre, su esposa sufre de algunas necesidades, las cuentas quedan atrasadas,
la tensión crece, las discusiones ocurren más frecuentemente y con el tiempo
la familia fracasa. El apostador no tiene tiempo para su
esposa y sus hijos; él prefiere estar en el hipódromo o la mesa de juego
de cartas más que con su familia. La fuerte atracción hacia el juego destruye
la compasión que el hombre debe sentir hacia su familia hasta estar dispuesto
a hacer negligente con ellos para satisfacer sus propios deseos carnales. 2. Lo Separa De Sus Amistades. La Biblia nos enseña que la amistad
es algo precioso que debemos proteger cuidadosamente, pero el vicio de la
apuesta causa que se aproveche de otros. Su amigo se hace su víctima, se
considera como un villano metido entre el apostador y algo que él desea.
Aun si el jugador pudiera controlar sus emociones hacia otros, no podría
prevenir que sus víctimas queden resentidas contra él. Nuestra consideración
y atención para otros debe sobrepasar nuestro deseo personal de ganancia
económica. 3. Disminuye El Respeto A
La Ley. Cuando se sienten presionados por dinero,
estas personas recurren a toda clase de actividad ilegal para financiar su
vicio. Ellos robarán de sus seres queridos, escribirán cheques sin fondos
y hasta cometen asaltos. También los que promueven y prosperan por el negocio
de apostar hacen lo necesario para proteger sus intereses. La Comisión Presidencial
Encargada de la Imposición de la Ley y Administración de Justicia reportó
en 1967 que la policía fue de la opinión que la apuesta fue la fuente mayor
de ingresos para el crimen organizado. En aquel tiempo estimaron que lo que
recogían anualmente variaba entre $7 a $50 billones de dólares. Entonces
la solución según algunos era legalizar la apuesta y poner bajo la supervisión
y el control del gobierno. Pero en la actualidad hemos visto que no es la
solución, porque sólo hace más corrupto el gobierno. Rufus King dijo: “Ninguna autoridad pública
puede aguantar por mucho tiempo la presión y efectos de la corrupción del
negocio legalizado de la apuesta”. La lotería comenzó a aparecer a principios
del Siglo 19 corrompiendo a los legisladores y oficiales públicos quienes
autorizaron y administraron la lotería y también exponiendo al público a
una variedad de fraudes, cada vez más escandalosos; y fue llamada por la
Corte Suprema: “una pestilencia de amplio alcance”. Casi toda comunidad grande
ha tenido divulgado por la prensa sus casos de bancarrota, malversación y
suicidio debido al derroche en la compra de boletos de lotería. Frecuentemente en las últimas tres
décadas, y de vez en cuando hoy en día, el apostador mafioso ha conseguido
alcanzar hasta la meta más alta. En vez de sólo corromper y controlar la
policía local, él ha podido alcanzar el control del gobierno local. Cuando en Kentucky cerraron las maquinas
de jugar con monedas en 1966 por una nueva ley de estado, los apostadores
hicieron un fuerte regreso en la siguiente sesión de la Asamblea General
bajo un nuevo gobernador y con nuevas caras en el congreso de Frankfort,
Kentucky. Solamente una enérgica campaña de la prensa, asociada con rumores
que los sobornos habían alcanzado hasta siete cifras, permitió a las fuerzas
anti-apostadores efectuar un rescate emocionante de la nueva ley. La comisión de Kefauver reveló que lo mismo pasó aun en ciudades
pequeñas tales como Covington, Kentucky y el Valle de Wyoming en Pennsylvania
la cual mencionó como ejemplo del alcance de esta influencia. Si usted piensa
que los promotores del juego se darán por vencidos en este negocio, escuche
el comentario del Sr. King: ”Podría ser especulación muy conservativa atribuir
sólo la mitad de asesinos y violencia de pandillas de los años cuarenta y
cincuenta a batallas provocadas por ganar el control del imperio del juego”. III. PARA DIOS, El Apostar Es Abominable.
1. El Apostar Desobedece
Los Mandamientos. Éxodo 20:17 “No Codiciaras…” Nuestros deseos lícitos están limitados
a nuestras necesidades. La Biblia enseña “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con
lo que tenéis ahora…” Hebreos 13:5. La ambición por los bienes materiales
ha destruido muchas vidas y es estrictamente prohibido por el Señor. Esto
no significa que es malo prosperar. Dios muchas veces
bendice a su pueblo con bienes materiales, porque ellos le han dado a Él
la máxima prioridad, pero esto no nos da el derecho de buscar riqueza. Estamos
para servir a Dios y así estar satisfechos con lo que Él nos da. 2. El Apostar Niega La Ley
De Dios En Cuanto Al Orden Establecido Por Él. De acuerdo a la Palabra de Dios, el
trabajo viene antes de la riqueza y sembrar antes de cosechar, pero el apostador
busca cosechar lo que otros han sembrado. Por supuesto, el no querer hacer
las cosas a la manera que Dios ordenó siempre ha sido una característica
del mundo. Cuando el padre enseña a su hijo a apostar, le está enseñando
a ignorar lo que Dios manda; y esta falta de respeto para Dios, entonces,
les afectará todas las otras áreas de su vida. 3. El Apostar Amortigua La
Sensibilidad Hacia Las Cosas Espirituales. Mientras nuestro precioso Señor fue
crucificado, los hombres malvados echaron suerte sobre sus vestidos. El deseo
de ellos de ganancia personal los cegó para lo que fue realmente importante.
Cuando una persona es consumida por sus propios intereses, como es el jugador,
el nunca podrá ser sensible a la voluntad de Dios para su vida. 4. El
Apostar Desvía La Atención De Las Cosas Importantes De La
Vida. Salomón dijo: “Los tesoros de maldad no serán de provecho” Proverbios
10:2. Lo que parece ser ganancia es un espejismo cuando la ley de
Dios es violada. Nadie nunca prosperará realmente cuando
se desobedece la Palabra de Dios. No tenemos derecho como mayordomos de los
bienes de Dios para jugar con lo que ha sido encomendado a nuestro cuidado.
Y si desaprovechamos nuestro tiempo y descuidamos nuestras responsabilidades,
ofendemos a nuestros vecinos y despilfarramos nuestros bienes, no podemos
esperar que Dios nos bendiga. En conclusión, déjeme recordarle que
el prevenir es más fácil que curar. Un mundo de dolor y miseria podría evitarse
si la gente se mantuviese alejada de la trampa del juego.
Si está apostando solamente por una coca-cola, jugando bingo,
apostando en un juego de pelota o comprando boletos de lotería, usted debe
rehusar a participar. No es la cantidad de dinero que está en juego, sino
es cuestión de principios. No sea engañado. Gálatas 6:7-8 “No os engañéis, Dios no puede ser
burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque
el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra
para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” Usted puede estar seguro que seguir a Cristo no es cuestión de suerte. Nadie pierde cuando recibe a Cristo como su Salvador y le sigue como su Señor.
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